La natación es una de las actividades físicas más recomendadas para las mujeres embarazadas, ya que aporta múltiples beneficios tanto para la madre como para el bebé. En este artículo te contamos algunos de los principales beneficios de la natación durante el embarazo y te damos algunos consejos para practicarla de forma segura y eficaz.
La natación es un ejercicio aeróbico de bajo impacto, lo que significa que no somete a las articulaciones y los músculos a un estrés excesivo. Al estar en el agua, el peso corporal se reduce en un 90%, lo que alivia la presión sobre la espalda, las piernas y el suelo pélvico. Además, el agua favorece la circulación sanguínea y evita la retención de líquidos, lo que ayuda a prevenir la hinchazón, las varices y las hemorroides.
La natación también mejora la capacidad respiratoria y cardiovascular, lo que se traduce en una mayor oxigenación tanto de la madre como del feto. Esto favorece el desarrollo del cerebro y los órganos del bebé, así como la prevención de la anemia materna. Asimismo, la natación fortalece los músculos abdominales, lumbares y pélvicos, lo que facilita el trabajo de parto y la recuperación postparto.
La natación también tiene beneficios psicológicos, ya que ayuda a liberar endorfinas, las hormonas del bienestar. Esto contribuye a reducir el estrés, la ansiedad y la depresión, así como a mejorar el estado de ánimo y la autoestima. Además, la natación es una actividad placentera y relajante, que permite disfrutar del contacto con el agua y con el propio cuerpo.
Para practicar la natación durante el embarazo, es importante seguir algunas recomendaciones:
- Consulta con tu médico antes de empezar o continuar con la natación, especialmente si tienes alguna complicación o contraindicación médica.
- Elige una piscina climatizada y limpia, con una temperatura entre 25 y 28 grados centígrados.
- Utiliza un traje de baño cómodo y adecuado a tu talla, que no te apriete ni te moleste.
- Evita los saltos, los giros bruscos y los movimientos que puedan causar desequilibrio o caídas.
- Adapta la intensidad y la duración de la natación a tu nivel físico y a tu estado de gestación. No te exijas más de lo necesario ni te fatigues demasiado.
- Hidrátate bien antes, durante y después de nadar. Bebe agua o líquidos isotónicos cada 15 o 20 minutos.
- Calienta antes de entrar al agua y estira después de salir. Esto evitará lesiones y calambres musculares.
- Varía los estilos de natación para trabajar diferentes grupos musculares. El más recomendado es el crol o estilo libre, seguido del espalda y el braza. Evita el mariposa, ya que puede provocar dolor lumbar.
- Escucha a tu cuerpo y respeta tus sensaciones. Si sientes alguna molestia, dolor o contracción, detente y sal del agua.
- Disfruta de la natación como una forma de cuidarte y conectar con tu bebé.
La natación es una actividad muy beneficiosa para las mujeres embarazadas, siempre que se realice con precaución y bajo supervisión médica. En Aquara Kids te ofrecemos clases de natación adaptadas a cada etapa del embarazo, con profesores cualificados y expertos en matronatación. Si quieres saber más sobre nuestros servicios o reservar tu plaza, no dudes en contactarnos. ¡Te esperamos!